sábado, 23 de junio de 2018

¿PORQUE SE CREA ESTE TEMA? INTRODUCCIÓN


Objetivo de la creación de este blog: “La oratoria y el liderazgo”

El objetivo de la creación de este blog es ayudar a los estudiantes y personas en general en su desarrollo al hablar ante el público y su superación para llegar a ser líder.

El presente tema lo he escogido pues al observar la dificultades que tienen los estudiantes para expresarse correctamente al igual que muchas personas, he quiero a través de esta blog brindar las técnicas, metodologías y consejos que los ayuden a poder descubrir cómo enfrentarse a un público y que les hagan más fácil resolver esta situación y con respecto a su desarrollo como líder mostrarle que es un líder positivo y uno negativo para que el ejemplo de los primero ayude en el desarrollo personal.

Para este fin desarrollaré temas como: Inicio de discurso, estructura del discurso, finalización del discurso , los lideres positivos frente a los lideres negativos, las bibliografías correspondientes, los miedos oratorios que se presentan en general a las personas, como ser lideres educacionales.  

Para ello pondré videos y enlaces alusivos a los temas antes mencionados y escritos referentes, además se contará con la bibliografía que los ayude a seguir investigando. 

Además, pondré ejercicios prácticos que los ayuden a perder el temor. Hoy más que nunca se requiere de desarrollo profesional hoy en el en el campo del derecho se exige  a todo abogado abogado que realice su informe oral del caso que representa ante un juzgado lo cual lo obliga a tener desarrollado el liderazgo de tal manera que sepa como persuadir y esto solo se logra con la información que se encuentre a traves de este blog de “La Oratoria y el Liderazgo" ,es claro que en todas las carreras se exigen gente proactiva que tenga iniciativa,capacidad de trabajar en equipo, que sepa liderar grupos de trabajo, que solo aquel que es lider estará en condiciones de lograrlo.

Estoy seguro que lo que contendra este blog será de gran ayuda a los estudiantes y público en general que al leerlo prestándole la debida atención mejorará sus conductas y aspiraciones en la vida

Objetivo Personal: 

El trabajo que he iniciado en esta blog me ayudará a poder consolidar mis enseñanzas y representarán para mis alumnos como el eco que les repite lo que les planteo en clase y aun mas podré recibir sus apreciaciones, sugerencias, aportes, y trabajos lo que me ayudara a mejorar  mis exposiciones y evaluar sus presentaciones.

Personas que me apoyaron en el trabajo:

Para el desarrollo invite a muchas personas, las cuales las presento en este informe: Diego Yrivarren Valverde, Iván Lusquinos; Miryam Yrivarren; Judit Yrivarren; Deyanira Yrivarren; Sara Yrivarren, quienes tienen las facultades de poder ir aportando, y he dejado abierto al público en general para que lo pueda ver.

La estructura que utilizo en blog es:

1.- ¿Porque este tema? Introducción.
2.-Miedos Oratorios: Como superar los temores que tenemos cuando hablamos en público
3.-Estructura de una Conferencia: Como se hace para ordenar las ideas de un discurso
4.-Inicio de discurso: Técnicas de cómo iniciar un discurso.
5.-Final de discurso: Técnicas de como finalizar discurso
6.- Lideres positivos y lideres negativos: Se presentan tres de cada uno.
7.-Artículos sobre liderazgo: Tres artículos referidos al liderazgo en la educación
8.-Temas varios sobre liderazgo: Les comparto mi link para ingresar a mi página Symbaloo
9.-Bibliografía
10.-Glosario

Dentro de mis páginas aparecerán:

A.-Nociones teóricas de como iniciar finalizar, estructurar y dominar los miedos oratorios  

B.-Desarrollo de temas de liderazgo                                                                                          
C.-Enlaces

D.-Videos

E.- Artículos rescatados

viernes, 22 de junio de 2018

El Miedo Oratorio

El gran enemigo del orador –dice Loprete- es el temor o miedo al público; éste paraliza la lengua, seca la boca y la garganta, produce transpiración, engendra movimientos torpes del cuerpo (brazos y piernas), traba la articulación, la voz y lo que es peor, obnubila la mente. 

El miedo se origina en un estado físico de nerviosidad patológica; es un complejo de inferioridad permanente o transitorio, es una sobrestimación excesiva del propio yo, que lo torna sumamente celoso e intolerante con el mínimo fracaso.

El origen del miedo lo encontramos en la falta de confianza y seguridad personal, en la insuficiente preparación académica o en la natural reacción que experimenta toda persona al internarse en una situación inhabitual. Pero, al margen de todas estas disquisiciones “psicológicas” hay que comprender que el miedo es algo natural y parte inherente del ser humano.

El miedo se puede vencer

Los especialistas manifiestan que el miedo es un mecanismo de defensa, que nos sirve de protección para no recibir daño; nos mantiene alertas en situaciones de peligro para reaccionar ante las circunstancias amenazadoras, no es un enemigo, sino un aliado leal. 

Lo importante es aprender a canalizarlo y a utilizarlo constructivamente. “Sentir temor de manipular los cables de electricidad –nos dice Orbegozo- nos ayudará a cogerlos con cuidado y respeto... en estos casos el miedo es para protegernos”. “En cambio, sentir miedo de pedir un aumento cuando uno cree que se lo merece, no nos ayudará de ninguna manera... en estos casos el miedo esta perjudicándonos gravemente”.

No existe persona alguna sobre la tierra, que pueda decir: ¡Yo no tengo miedo! Y si lo hubiera, de seguro sería un habitante del manicomio, del cementerio o de otro planeta (extraterrestre). Todos las personas por naturaleza experimentamos el miedo, es parte integrante de nuestro ser. Pero, eso sí, hay muchas personas que pueden afirmar: ¡Yo puedo dominar el miedo! ¡Yo domino mis temores!

Estas personas han aprendido a controlar sus emociones, a dominar el miedo y temor oratorio, de tal forma que cuando salen a hablar frente al público, lo hacen como si fueran inmunes a este fenómeno. ¿Pero cómo lo logran? Eso es lo que vamos a analizar a continuación, sólo recordemos que, ¡Si ellos pudieron hacerlo, nosotros también podremos hacerlo!

LOS MECANISMOS DEL MIEDO.

El miedo es una respuesta natural del organismo. La reacción que se produce en el organismo tiene como fin prepararnos para huir del objeto o situación potencialmente agresiva o enfrentarnos a él. Cuando experimentamos este fenómeno psíquico paralizante, ocurre el siguiente proceso:

1. Recibimos el estímulo (una imagen o sonido)

2. En el cerebro el sistema límbico (que controla las emociones) procesa el estímulo.

3. Como respuesta, las glándulas suprarrenales segregan la hormona adrenalina. La adrenalina estimula el sistema nervioso simpático, aumenta la presión arterial, produce dilatación de las pupilas y ocasiona temblor.

Cuando se siente miedo en la práctica oratoria -nos dicen los especialistas y lo corroboramos con nuestra experiencia-, se reflejan un conjunto de síntomas que nos impiden expresarnos con claridad y facilidad. 

Uno siente que el cuerpo se paraliza, la lengua se inmoviliza, se produce una transpiración excesiva, se seca la garganta, se traba la articulación y la voz, los músculos del rostro se crispan, tratamos de refugiarnos sobre nosotros mismos y se genera un vacío cerebral. 

Es decir, nos aborda una neurosis pasajera, pero intensa. Uno se siente angustiado, existe una gran dificultad para conexionar ideas y encontrar palabras; se encuentra uno invalido por una sensación de vacío cerebral.

Los tipos de miedo que uno suele experimentar en oratoria, son de tres tipos, a continuación haremos una breve exposición de los mismos y daremos los consejos pertinentes para poder vencerlos.



Estructura de discurso


El discurso es una acción comunicativa, que desde sus comienzos su principal objetivo ha sido exponer o comunicar a un oyente. Todo tipo de discurso cuenta con unas partes de un discurso marcadas para poder estructurar de forma correcta la información buscada. Todo discurso debe constar de los siguientes apartados para que sea un texto coherente.

1.    Se inicia con un saludo al público para llamar la atención de los presentes.

2.    Introducción: Esta parte es fundamental, aquí es donde se trata de explicar a grandes rasgos la estructura de nuestra exposición oral. Hay que referirse al tema del discurso de manera breve y concisa y plantear preguntas al público.

3.    Desarrollo: Tratar el tema en profundidad con datos y argumentando cada punto a tratar basados en cifras, citas de autores… Aquí se tiene que vislumbrar el conocimiento que tienes sobre el tema.

4.    Conclusión: El final del discurso tiene que englobar toda la charla, pues son las últimas palabras que el oyente va a escuchar. Un consejo, para terminar con broche de oro, finaliza con una frase o cita de algún autor que crees que vale la pena mencionar porque influye a reflexionar.

Elementos de un discurso

En cuanto al discurso y sus elementos se deben considerar unos términos concretos que el emisor debe asumir e interiorizar para cómo hacer un discurso enfocándose en lo que realmente importa. Los elementos de un discurso son los siguientes:

o    Emisor: El emisor es la persona que emite el discurso, usa siempre un lenguaje más formal y claro para que el público sea capaz de comprender la charla sin necesidad de repeticiones.
o    Receptor: El receptor es el grupo de personas que escucha al emisor, es decir, el colectivo al que va dirigido el mensaje.
o    Mensaje: El mensaje es el contenido que emite el emisor y es dirigido al receptor. Es un conjunto de ideas relacionadas con el tema que queremos transmitir.
o    Tema: El tema es el término que engloba todo lo que se transmite en el mensaje.
o    Contexto: Es la situación en la que se desarrolla el discurso.
o    Canal: Es la conexión existente entre el emisor y receptor.
o    Código: Es el lenguaje o signos que deben tener en común el emisor y receptor para que de esta manera se pueda comprender el mensaje sin ningún impedimento.

Es importante que tengas en cuenta al receptor en tu discurso pues va a ser el elemento primordial durante todo el transcurso.



Cómo empezar una conferencia


A.- Es muy difícil tener un buen comienzo. Y es tan importante que no lo podemos dejar al azar. Tenemos que prepararlo con cuidado y con anterioridad.

B.- La introducción debe ser breve. Debe constar a lo sumo de una de una o dos frases. Muchas veces prescindiremos de ella. Es mucho mejor entrar en el corazón del tema con las menores palabras posibles. Nadie se opondrá a esto.

C.- Los principiantes son muy amigos de empezar con un cuento humorístico o con una excusa. Estas dos maneras son malas. Casi siempre el auditorio queda desconcertado. Más que divertido. Muchas veces se ríen sólo porque no se sienta incómodo el orador.

JAMÁS PIDAMOS DISCULPAS! Es una afrenta al público y lo aburre.

D.- Se puede atraer la atención del auditorio de estas maneras:

DESPERTANDO LA CURIOSIDAD (Ejemplo: Saben Uds. que en la humanidad de nuestro siglo, entre nuestros contemporáneos, de cada tres hombres, dos son esclavos?... Hoy día, esclavos? Tantos? Dónde?... De cada tres hombres, hoy día en el mundo, dos no comen lo que necesitan).

CONTANDO UNA NARRACIÓN DE INTERÉS: La gente quiere que le contemos cosas interesantes y si es el fruto de una vivencia personal, el impacto será de gran fuerza.

COMENCEMOS POR UN EJEMPLO PRECISO: Es muy árido, difícil para un auditorio común y corriente, seguir por mucho rato proposiciones abstractas. Los ejemplos son más fáciles de escuchar y retener después, sigamos con observaciones generales.

MOSTREMOS ALGÚN OBJETO: EL mostrar un objeto a los oyentes confiere vida e interés al discurso y con esto logramos que concentren su atención sobre el mismo.

HACIENDO UNA PREGUNTA: Están organizados los vendedores ambulantes? Cómo? El uso de este recurso es uno de los métodos más seguros y sencillos para abrir la mente de los oyentes.

COMENZANDO CON UNA ACERTADA CITA DE ALGÚN ORADOR FAMOSO:  Las palabras de un hombre famosos siempre son capaces de concentrar la atención de nuestros oyentes... Si hacemos una pausa después de la cita, el efecto es mayor aún.

MOSTRAR CÓMO EL TEMA AFECTA A LOS INTERESES SUPREMOS: Vamos a hablar sobre la necesidad de conservar limpia nuestra ciudad. Si damos un discurso sobre urbanidad, sobre lo que es un pueblo desarrollado... poco le interesará a nuestros oyentes. Pero si le decimos que una ciudad limpia es la prolongación de nuestra casa limpia, que el no mantenerla limpia suponen más y más impuestos, para los gastos de barrenderos municipales, etc. Nuestros oyentes sentirán el tema mucho más cercano y más propio.

E.- No hagamos muy formal el comienzo. Comencemos con sencillez: “En meses pasados, durante un viaje de vacaciones, navegando por el Titicaca...” Esto despierta nuestro deseo de recibir todo el contenido de la narración iniciada como forma casual. De allí es fácil remontarse a la profundidad del tema que deseamos exponer.


miércoles, 20 de junio de 2018

Como terminar una conferencia

Lo más importante y lo más difícil en una charla o conferencia es el principio y el final.



Tenemos algunas personas que terminan así: “Bueno, esto es todo lo que tenía que decirles sobre este asunto  y por eso es mejor que ya termine.” Esta no es una terminación de una charla. Es un disparate. 

Hemos de terminar con un golpe de gracia, sin decir que ya se ha terminado.

Es muy necesaria la terminación de este final: No debe ser negativo, pesimista, opaco, ni brusco, ni deficiente, ni provocativo. Debe elevar a la altura de lo amistoso, de la belleza pura y hasta de la elocuencia poética. No debemos terminar con algo dentado. La conferencia debe ser redondeada, “terminada”.

Sugerencias para finalizar:

1.- Resumamos los puntos: Hasta en una charla de dos o de cinco minutos de duración podemos haber tocado tal variedad de puntos o de temas, que el auditorio, al final, no ve claro lo que hemos querido decir. 

El que habla lo ha asimilado durante un buen tiempo y por esto ve el orden lógico, distingue “las ideas madres”. El público en cambio ha recibido todo en pocos minutos y no ha alcanzado a asimilar nuestras palabras.

Se impone, por tanto, al final un resumen, un simple bosquejo.

Un político irlandés ha dado esta receta para hacer una conferencia: Primero digámosle qué les vamos a decir. Segundo, digámosle. Y tercero, digámosle qué les hemos dicho”.

2.- Debemos llevar a la acción: El orador quiere que se haga algo, por eso ha hablado. Debo decir qué es lo que se debe hacer. Toda conferencia que vaya a dar un resultado positivo no puede quedarse en el solo mundo de las ideas, debe llevar a las realizaciones concretas.

3.- Debemos ser galantes, pero con sobriedad y sinceridad: Debemos decir algo agradable a nuestro público. Debemos haberle manifestado amistad y cariño durante toda la exposición, y al final, un toque muy caluroso, que exprese y lleve nuestra simpatía y admiración. Pero para que sea efectivo debe ser sincero y dicho con sobriedad. De lo contrario es como una moneda falsa que se rechaza.

4.- La terminación puede ser humorística: “Déjenlos siempre riéndose, cuando les digan adiós”. Si tenemos facilidad para hacer reír y material, es una forma magnífica de terminar. Pero... cómo lo haremos? “Ahí está el detalle”. Cada uno debe hacerlo a su modo particular.

5.- Terminar con una cita poética: Ninguna mejor terminación para una conferencia que la humorística o la poética. Si tenemos una estrofa adecuada al contenido de la conferencia y que nos pueda servir para terminar, es lo ideal. Esto realza el discurso, lo dignifica, lo embellece, lo personaliza.

6.- La fuerza de una cita bíblica: En la Biblia se contienen los anales del cielo y de la tierra... todo lo que fue, lo que es y lo que será. Por eso una cita apropiada puede sintetizar todo y dejar una fuerte inquietud en el alma, capaz de cambiar toda una vida.

7.- Necesidad de ser breves: Vivimos en un tiempo de velocidad, de síntesis. El orador que no sabe ser breve es rechazado. No olvidemos que “lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aún malo, si breve, no tan malo”. Una tribu africana permite a los oradores hablar durante el tiempo en que se pueden mantener parados en un solo pie. Cuando el dedo gordo del otro pie toca el suelo, san se acabó. Tienen que terminar.

Por fin: Empieza a practicar. Siguiendo estas normas, evitando estos errores, prepara tus charlas y verás cómo vas mejorando día a día!. Ánimo. Eres un orador en potencia que puede llegar a convencer y arrastrar a muchos tras tus ideas!


LIDERES POSITIVOS Y LIDERES NEGATIVOS

Introducción


El Liderazgo Positivo y Negativo
Cuando hablamos de liderazgo, por lo general, existe la tendencia a pensar que los líderes sólo son aquellos que a nuestro modo de ver tienen aspectos positivos. Ej.: Nuestro Señor Jesús, Simón Bolívar, Gandhi, entre otros. 
Sin embargo, existen personajes que guardan características de lo que significa ser un líder, pero con aspectos negativos como por ejemplo: Hitler, Osama bin Laden, entre otros. 

Una postura es que el liderazgo no es un fenómeno exclusivo de la raza humana, sino que se comparte con los otros animales. Hay un líder de la manada, por ejemplo. Y es algo natural, innato; que se va reforzando mediante demostraciones y conductas ante el grupo. Teorías que le siguieron a esta han querido poner al hombre en el lugar privilegiado -diferenciado- de poder autoconstruirse como líder. Instituyen vaque líder que no trae consecuencias positivas en el grupo sigue siendo un líder. 

El liderazgo implica una capacidad de convocatoria para que el resto del grupo le siga, implica capacidad tamba{en de convencimiento, de persuasión y en muchos casos de convencimiento, lo cual no siempre es positivo. 

Y respecto a tu pregunta: si claro Hitler, era un líder nato, con mucho poder de convencimiento y con una clara inteligencia que lo llevo a manejar masas a su antojo y a convencerlos de que sus ideas eran las correctas y únicas, no es nada fácil tener esa habilidad. 

Ahora bien, para que en un grupo de alumnos por ejemplo se perciba a un líder negativo es necesario simplemente observar los cambios en los que lo rodean cuando está presente y en su ausencia y de esa manera se identificaran los factores. Quizá a un líder nato pueda orientar esa capacidad de liderazgo hacia alguna actividad positiva, lo importante será detectar sus cualidades y al mismo determinar por qué los demás lo siguen, sus necesidades, etc.
Líderes Positivos
1.- Juan Pablo II
(Wadowice, Cracovia, 1920 - Roma, 2005) Sacerdote polaco, de nombre Karol Wojtyla, elegido Papa en octubre de 1978 mientras ocupaba el puesto de cardenal-arzobispo de Cracovia; fue primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos.
Era hijo de un oficial de la administración del Ejército polaco y de una maestra de escuela. De joven practicó el atletismo, el fútbol y la natación. Fue también un estudiante excelente, y presidió diversos grupos estudiantiles. Desarrolló, además, una gran pasión por el teatro, y durante algún tiempo aspiró a estudiar Literatura y convertirse en actor profesional.
Durante la ocupación nazi, compaginó sus estudios y su labor de actor, con el trabajo de obrero en una fábrica, para mantenerse y para evitar su deportación o encarcelamiento. Fue miembro activo de la UNIA, organización democrática clandestina que ayudaba a muchos judíos a encontrar refugio y escapar de la persecución nazi.

En tales circunstancias, la muerte de su padre le causó un profundo dolor. La lectura de San Juan de la Cruz, que entonces buscó como consuelo, y la heroica conducta de los curas católicos que morían en los campos de concentración nazi fueron decisivas para que decidiera seguir el camino de la fe. Mientras se recuperaba de un accidente, el futuro pontífice decidió seguir su vocación religiosa, y en 1942 comenzó sus estudios sacerdotales. 

Ordenado sacerdote el 1.º de noviembre de 1946, amplió sus estudios en Roma y obtuvo el doctorado en Teología en el Pontifico Ateneo Angelicum. De regreso a Polonia, desarrolló una doble tarea, por un lado pastoral, llevada a cabo en diversas parroquias obreras de Cracovia, y por otro lado intelectual, impartiendo clases de Ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Facultad de Teología de Cracovia.
En 1958 fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, a quien sucedió en 1964. Ya en esa época, era un líder visible que a menudo asumía posiciones críticas contra el comunismo y los funcionarios del gobierno polaco. Durante el Concilio Vaticano II destacó por sus intervenciones sobre el esquema eclesiástico y el texto sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo.
En 1967 el Papa Pablo VI lo nombró cardenal, y el 16 de octubre de 1978, a la edad de cincuenta y ocho años, fue elegido para suceder al papa Juan Pablo I, fallecido tras treinta y cuatro días de pontificado. De este modo, se convirtió en el primer Papa no italiano desde 1523 y en el primero procedente de un país del bloque comunista.
Desde sus primeras encíclicas, Redemptoris hominis(1979), y Dives in misericordia (1980), exaltó el papel de la Iglesia como maestra de los hombres y destacó la necesidad de una fe robusta, arraigada en el patrimonio teológico tradicional, y de una sólida moral, sin mengua de una apertura cristiana al mundo del siglo XX. Denunció la Teología de la Liberación, criticó la relajación moral y proclamó la unidad espiritual de Europa.
El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave atentado en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde resultó herido por los disparos del terrorista turco Mehmet Ali Agca. A raíz de este suceso, el Papa tuvo que permanecer hospitalizado durante dos meses y medio. El 13 de mayo de 1982 sufrió un intento de atentado en el Santuario de Fátima durante su viaje a Portugal. Sin embargo, el pontífice continuó con su labor evangelizadora, visitando incansablemente diversos países, en especial los pueblos del Tercer Mundo (África, Asia y América del Sur).


2.-Mohandas Karamchand Gandhi
Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de Octubre de 1869 en Porbandar, India

Se convirtió en uno de los más respetados líderes espirituales y políticos del siglo XX. Gandhi ayudó a la liberación del pueblo hindú del gobierno colonial inglés a través de la resistencia pacífica, y es honrado por su gente como el Padre del la Nación India. 

Los indios llamaron a Gandhi Mahatma, que significa Alma Grande.A los 15 años se convirtió el líder del movimiento nacionalista indio. Utilizando los postulados de la Satyagraha dirigió la campaña por la independencia india de Gran Bretaña. 

Gandhi fue arrestado muchas veces por los británicos debido a sus actividades en Sudáfrica y la India. Creía que era honorable ir a la cárcel por una causa justa. En conjunto pasó siete años en prisión debido a sus actividades políticas

Más de una vez Gandhi recurrió al ayuno para impresionar a la gente sobre la necesidad de ser no-violento. India alcanzó la independencia en 1947, y se separó en dos países, India y Pakistán, tras lo cual comenzaron los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes

Gandhi había abogado por una India unida, donde los hindúes y los musulmanes pudieran vivir en paz. Un 13 de Enero de 1948, a la edad de 78 años, comenzó un ayuno con el propósito de detener el derramamiento de sangre

Tras 5 días, los líderes de ambas facciones se comprometieron a detener la lucha y Gandhi abandonó el ayuno. Doce días más tarde fue asesinado por un fanático hindú que se oponía a su programa de tolerancia hacia todos los credos y religiones

El gran físico teórico Albert Einstein dijo de Gandhi: "Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó la tierra en carne y hueso."


3.-Martin Luther King
(Atlanta, 1929 - Memphis, EE UU, 1968) Pastor baptista estadounidense, defensor de los derechos civiles. Hijo de un ministro baptista, Martin Luther King estudió teología en la Universidad de Boston. Desde joven tomó conciencia de la situación de segregación social y racial que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños.
Convertido en pastor baptista, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau. Al poco de llegar a Montgomery organizó y dirigió un masivo boicot de casi un año contra la segregación en los autobuses municipales.
La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente por todo el país y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense, primero a través de la Southern Cristian Leadership Conference y más tarde del Congress of Racial Equality. Asimismo, como miembro de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color, abrió otro frente para lograr mejoras en sus condiciones de vida.
En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en Birmingham, Alabama, para iniciar una campaña de alcance nacional. En esta ocasión, Martin Luther King fue encarcelado y posteriormente liberado por la intercesión de John Fitgerald Kennedy, entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, pero logró para los negros la igualdad de acceso a las bibliotecas, los comedores y los estacionamientos.
En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes cuando encabezó una gigantesca marcha sobre Washington, en la que participaron unas doscientas cincuenta mil personas, ante las cuales pronunció uno de sus más bellos discursos por la paz y la igualdad entre los seres humanos. Él y otros representantes de organizaciones antirracistas fueron recibidos por el presidente Kennedy, quien se comprometió a agilizar su política contra el segregacionismo en las escuelas y en la cuestión del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
No obstante, ni las buenas intenciones del presidente, quien moriría asesinado meses más tarde, ni el vigor ético del mensaje de King, Premio Nobel de la Paz en 1964, parecían suficientes para contener el avance de los grupos nacionalistas de color contrarios a la integración y favorables a la violencia, como Poder Negro, Panteras Negras y Musulmanes Negros. 

La permeabilidad de los colectivos de color, sobre todo de los que vivían en los guetos de Nueva York y de otros estados del norte, a la influencia de estos grupos violentos, ponía en peligro el núcleo del mensaje de King, el pacifismo.
En marzo de 1965 encabezó una manifestación de miles de defensores de los derechos civiles que recorrieron casi un centenar de kilómetros, desde Selma, donde se habían producido actos de violencia racial, hasta Montgomery. La lucha de Martin Luther King tuvo un final trágico: el 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis por James Earl Ray. 

Mientras se celebraban sus funerales en la iglesia Edenhaëser de Atlanta, una ola de violencia se extendió por todo el país. Ray, detenido por la policía, se reconoció autor del asesinato y fue condenado con pruebas circunstanciales. Años más tarde se retractó de su declaración y, con el apoyo de la familia King, pidió la reapertura del caso y la vista de un nuevo juicio.


1.- Adolf Hitler
Máximo dirigente de la Alemania nazi (Braunau, Bohemia, 1889 - Berlín, 1945). Hijo de un aduanero austriaco, su infancia transcurrió en Linz y su juventud en Viena. La formación de Adolf Hitler fue escasa y autodidacta, pues apenas recibió educación. 

En Viena (1907-13) fracasó en su vocación de pintor, malvivió como vagabundo y vio crecer sus prejuicios racistas ante el espectáculo de una ciudad cosmopolita, cuya vitalidad intelectual y multicultural le era por completo incomprensible.

De esa época data su conversión al nacionalismo germánico y al antisemitismo. En 1913 Adolf Hitler huyó del Imperio Austro-Húngaro para no prestar servicio militar; se refugió en Múnich y se enroló en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial (1914-18). 

La derrota le hizo pasar a la política, enarbolando un ideario de reacción nacionalista, marcado por el rechazo del nuevo régimen democrático de la República de Weimar, a cuyos políticos acusaba de haber traicionado a Alemania aceptando las humillantes condiciones de paz del Tratado de Versalles (1918).
De vuelta a Múnich, Hitler ingresó en un pequeño partido ultraderechista, del que pronto se convertiría en dirigente principal, rebautizándolo como Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). 

Dicho partido se declaraba nacionalista, antisemita, anticomunista, antisocialista, antiliberal, antidemócrata, antipacifista y anticapitalista, aunque este último componente revolucionario de carácter social quedaría pronto en el olvido; este abigarrado conglomerado ideológico, fundamentalmente negativo, se alimentaba de los temores de las clases medias alemanas ante las incertidumbres del mundo moderno. 

Influenciado por el fascismo de Mussolini, este movimiento, adverso tanto a lo existente como a toda tendencia de progreso, representaba la respuesta reaccionaria a la crisis del Estado liberal que la guerra había acelerado.
Sin embargo, Hitler tardaría en hacer oír su propaganda. En 1923 fracasó en un primer intento de tomar el poder desde Múnich, apoyándose en las milicias armadas de Ludendorff («Putsch de la Cervecería»). 

Fue detenido, juzgado y encarcelado, aunque tan sólo pasó en la cárcel un año y medio, tiempo que aprovechó para plasmar sus estrafalarias ideas políticas en un libro que tituló Mi lucha y que diseñaba las grandes líneas de su actuación posterior.
De nuevo en libertad desde 1925, Hitler reconstituyó el NSDAP expulsando a los posibles rivales y se rodeó de un grupo de colaboradores fieles como Goering,Himmler y Goebbels. La profunda crisis económica desatada desde 1929 y las dificultades políticas de la República de Weimar le proporcionaron una audiencia creciente entre las legiones de parados y descontentos dispuestos a escuchar su propaganda demagógica, envuelta en una parafernalia de desfiles, banderas, himnos y uniformes.
Combinando hábilmente la lucha política legal con el uso ilegítimo de la violencia en las calles, los nacionalsocialistas o nazis fueron ganando peso electoral hasta que Hitler -que nunca había obtenido mayoría- se hizo confiar el gobierno por el presidente Hindenburg en 1933.
Desde la Cancillería, Hitler destruyó el régimen constitucional y lo sustituyó por una dictadura de partido único basada en su poder personal. El Tercer Reich así creado fue un régimen totalitario basado en un nacionalismo exacerbado y en un complejo de superioridad racial sin fundamento científico alguno (basado en estereotipos que contrastaban con la ridícula figura del propio Hitler).
Tras la muerte de Hindenburg, Hitler se hizo nombrar Führer o «caudillo» de Alemania y se hizo prestar juramento por el ejército. La sangrienta represión contra los disidentes culminó en la purga de las propias filas nazis durante la «Noche de los Cuchillos Largos» (1934) y la instauración de un control policial total de la sociedad, mientras que la persecución contra los judíos, iniciada con las racistas Leyes de Núremberg (1935) y con el pogromo conocido como la «Noche de los Cristales Rotos» (1938) culminó con el exterminio sistemático de los judíos europeos a partir de 1939 (la «Solución Final»).
Hitler hacia el final de la guerra
La política internacional de Hitler fue la clave de su prometida reconstitución de Alemania, basada en desviar la atención de los conflictos internos hacia una acción exterior agresiva. Se alineó con la dictadura fascista italiana, con la que intervino en auxilio de Franco en la Guerra Civil española (1936-39), ensayo general para la posterior contienda mundial; y completó sus alianzas con la incorporación del Japón en una alianza antisoviética (Pacto Antikomintern, 1936) hasta formar el Eje Berlín-Roma-Tokyo (1937).
Militarista convencido, Hitler empezó por rearmar al país para hacer respetar sus demandas por la fuerza (restauración del servicio militar obligatorio en 1935, remilitarización de Renania en 1936); con ello reactivó la industria alemana, redujo el paro y prácticamente superó la depresión económica que le había llevado al poder.
Luego, apoyándose en el ideal pangermanista, reclamó la unión de todos los territorios de habla alemana: primero se retiró de la Sociedad de Naciones, rechazando sus métodos de arbitraje pacífico (1933); luego forzó el asesinato de Dollfuss (1934) y el Anschluss o anexión de Austria (1938); a continuación invadió la región checa de los Sudetes y, tras engañar a la diplomacia occidental prometiendo no tener más ambiciones (Conferencia de Múnich, 1938), ocupó el resto de Checoslovaquia, la dividió en dos y la sometió a un protectorado; aún se permitió arrebatar a Lituania el territorio de Memel (1939).
Pero, cuando el conflicto en torno a la ciudad libre de Danzig le llevó a invadir Polonia, Francia y Gran Bretaña reaccionaron y estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Hitler había preparado sus fuerzas para esta gran confrontación, que según él habría de permitir la expansión de Alemania hasta lograr la hegemonía mundial (Protocolo Hossbach, 1937); en previsión del estallido bélico había reforzado su alianza con Italia (Pacto de Acero, 1939) y, sobre todo, había concluido un Pacto de no-agresión con la Unión Soviética (1939), acordando con Stalin el reparto de Polonia.
El moderno ejército que había preparado obtuvo brillantes victorias en todos los frentes durante los primeros años de la guerra, haciendo a Hitler dueño de casi toda Europa mediante una «guerra relámpago»: ocupó Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia, Grecia. (mientras que Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia eran sus aliadas, y países como Suecia y Suiza declaraban una neutralidad benévola).
Sólo Gran Bretaña resistió el intento de invasión (batalla aérea de Inglaterra, 1940-41); pero la suerte de Hitler empezó a cambiar cuando lanzó la invasión de Rusia, respondiendo tanto al ideal anticomunista básico del nazismo como al proyecto de arrebatar a la «inferior» raza eslava del este el «espacio vital» que soñaba para engrandecer a Alemania (1941). 

A partir de la batalla de Stalingrado (1943), el curso de la guerra se invirtió y las fuerzas soviéticas comenzaron una contraofensiva que no se detendría hasta tomar Berlín en 1945; simultáneamente se reabrió el frente occidental con el aporte masivo en hombres y armas procedente de Estados Unidos (involucrados en la guerra desde 1941), que permitió el desembarco de Normandía (1944).
Derrotado y fracasados todos sus proyectos, Hitler vio cómo empezaban a abandonarle sus colaboradores y la propia Alemania era arrasada por los ejércitos aliados; en su limitada visión del mundo no había sitio para el compromiso o la rendición, de manera que arrastró a su país hasta la catástrofe y finalmente se suicidó en el búnker de la Cancillería de Berlín donde se había refugiado, después de haber sacudido al mundo con su sueño de hegemonía mundial de la «raza» alemana, que provocó una guerra total a escala planetaria y un genocidio sin precedentes en los campos de concentración.


2.- Mao Tse-tung
(Hunan, China, 1893 - Pekín, 1976) Político y estadista chino. Nacido en el seno de una familia de trabajadores rurales, en el medio donde transcurrió su infancia la educación escolar sólo era considerada útil en la medida en que pudiera ser aplicada a tareas como llevar registros y otras propias de la producción agrícola, por lo que a la edad de trece años Mao Tse-tung hubo de abandonar los estudios para dedicarse de lleno al trabajo en la granja familiar.
Sin embargo, el joven Mao dejó la casa paterna y entró en la Escuela de Magisterio en Changsha, donde comenzó a tomar contacto con el pensamiento occidental. 

Más tarde se enroló en el Ejército Nacionalista, en el que sirvió durante medio año, tras lo cual regresó a Changsha y fue nombrado director de una escuela primaria. Más adelante trabajó en la Universidad de Pekín como bibliotecario ayudante y leyó, entre otros, a Bakunin y Kropotkin, además de tomar contacto con dos hombres clave de la que habría de ser la revolución socialista china : Li Dazhao y Chen Duxiu.

El 4 de mayo de 1919 estalló en Pekín la revuelta estudiantil contra Japón, en la que Mao Tse-tung tomó parte activa. En 1921 participó en la creación del Partido Comunista, y dos años más tarde, al formar el partido una alianza con el Partido Nacionalista, Mao quedó como responsable de organización. De regreso en su Hunan natal, entendió que el sufrimiento de los campesinos era la fuerza que debía promover el cambio social en el país, idea que expresó en Encuesta sobre el movimiento campesino en Hunan.
Sin embargo, la alianza con los nacionalistas se quebró, los comunistas y sus instituciones fueron diezmados y la rebelión campesina, reprimida; junto a un numeroso contingente de campesinos, Mao huyó a la región montañosa de Jiangxi, desde donde dirigió una guerra de guerrillas contra Jiang Jieshi, jefe de sus antiguos aliados. El Ejército Rojo, nombre dado a las milicias del Partido Comunista, logró ocupar alternativamente distintas regiones rurales del país.
En 1930, la primera esposa de Mao fue asesinada por los nacionalistas, tras lo cual contrajo nuevo matrimonio con He Zizhen. Al año siguiente se autoproclamó la nueva República Soviética de China, de la que Mao fue elegido presidente, y desafió al comité de su partido a abandonar la burocracia de la política urbana y centrar su atención en el campesinado.
Pese a las victorias de Mao en la primera época de la guerra civil, en 1934 Jiang Jieshi consiguió cercar a las tropas del Ejército Rojo, tras lo cual Mao emprendió la que se conoció como la Larga Marcha, desde Jiangxi hasta el noroeste chino. Entre tanto, los japoneses habían invadido el norte del país, lo que motivó una nueva alianza entre comunistas y nacionalistas para enfrentarse al enemigo común.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se reanudó la guerra civil, con la victoria progresiva de los comunistas. El 1 de octubre de 1949 se proclamó oficialmente la República Popular de China, con Mao Tse-tung como presidente. Si bien al principio siguió el modelo soviético para la instauración de una república socialista, con el tiempo fue introduciendo importantes cambios, como el de dar más importancia a la agricultura que a la industria pesada.
A partir de 1959, dejó su cargo como presidente chino, aunque conservó la presidencia del partido. Desde este cargo promovió una campaña de educación socialista, en la que destacó la participación popular masiva como única forma de lograr un verdadero socialismo

Durante este período, conocido como la Revolución Cultural Proletaria, Mao logró desarticular y luego reorganizar el partido gracias a la participación de la juventud, a través de la Guardia Roja. Su filosofía política como estadista quedó reflejada en su libro Los pensamientos del presidente Mao.


3.- Fidel Castro

(Mayarí, Cuba 1926) Revolucionario y estadista cubano. Procedente de una familia de hacendados gallegos, Fidel Castro estudió Derecho en la Universidad de La Habana, en la cual se doctoró en 1950.

Su ideología izquierdista le llevó a participar en actividades revolucionarias desde muy joven, como la sublevación contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Santo Domingo (1947). Desde 1949 militó en el Partido del Pueblo Cubano.

Exiliado en México, en 1952 inició su actividad revolucionaria contra la dictadura del general Batista, que había entregado al país en manos de los intereses norteamericanos. Su primer intento fue el asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba, que se saldó con un fracaso (1953); fracaso militar, pues el cuartel no fue tomado ni provocó la esperada insurrección popular, pero no fracaso político, puesto que aquel acto dio una gran popularidad a sus protagonistas, acrecentada durante el juicio subsiguiente, en el que Castro se defendió a sí mismo y aprovechó para pronunciar un extenso alegato político («La Historia me absolverá»).

Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión, de los que sólo cumplió dos -en la isla de Pinos- merced a un indulto que le puso en libertad en 1955. Se exilió entonces a México, desde donde preparó un segundo intento; pero, habiendo aprendido que su lucha tendría pocas posibilidades de triunfar en un medio urbano, esta vez apostó por crear una guerrilla rural, en la zona más apartada y montañosa del país: la Sierra Maestra, en el Oriente de Cuba.

Desembarcó allí a finales de 1956 con un contingente de sólo 80 hombres (el «Grupo 26 de julio») a bordo del yate Gramma. Dos años después, sus bases en la Sierra eran lo suficientemente sólidas y sus efectivos lo bastante nutridos como para llevar a cabo con éxito la ocupación de Santiago (1958). Desde allí Fidel Castro lanzó la ofensiva final que recorrió la isla de este a oeste, hasta entrar en La Habana en 1959, secundado por sus colaboradores Ernesto Guevara (el Che), Camilo Cienfuegos y su hermano Raúl Castro.

Al inicial apoyo del campesinado pobre había seguido el fin de las reticencias del Partido Comunista, que abrió la posibilidad de encontrar apoyo en las ciudades; la dictadura, minada por la corrupción fue incapaz de hacer frente al movimiento popular. El triunfo militar puso a Castro al frente del gobierno cubano, acumulando los cargos de primer ministro y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

Sin pérdida de tiempo empezó a hacer realidad los proyectos de cambio que habían suministrado una base social a la Revolución: el más importante de todos, la reforma agraria, que expropiaba las grandes haciendas extranjeras para dar medios de vida a los campesinos pobres (1959); y, enseguida, la nacionalización de los bienes de compañías norteamericanas en Cuba (1960).

Ese indudable contenido nacionalista que tuvo en un principio la Revolución cubana (contra el dominio semicolonial que ejercía Estados Unidos) se transformó dos años después por la dinámica de enfrentamiento con el gobierno norteamericano. 

Mientras Castro llamaba a una revolución general contra el imperialismo en Latinoamérica (Primera declaración de La Habana), el presidente Eisenhower rompía las relaciones diplomáticas con Cuba y decretaba un embargo comercial destinado a ahogar la economía cubana y forzar la retirada de Castro, ya que Cuba dependía casi totalmente de sus exportaciones a Estados Unidos, fundamentalmente de azúcar (1961). Al sucederle Kennedy no aflojó la presión, sino que se agudizó con la organización de un desembarco de exiliados cubanos armados en la bahía de Cochinos, que fue repelido por el ejército revolucionario (1961).

Después de aquello, Fidel Castro proclamó el carácter marxista-leninista de la Revolución cubana y alineó a su régimen con la política exterior de la Unión Soviética (Segunda declaración de La Habana, 1962); al mismo tiempo eliminó del gobierno a los políticos liberales con los que se había aliado al llegar al poder, y unificó a los grupos políticos que apoyaban la Revolución en un único Partido Unido de la Revolución Socialista.

En 1962 permitió que los soviéticos instalaran en suelo cubano rampas de lanzamiento de misiles con las que podían alcanzarse objetivos en Estados Unidos; descubiertas por el espionaje americano, Kennedy reaccionó con un bloqueo naval a Cuba y la exigencia de retirada de las instalaciones: la consiguiente «crisis de los misiles» estuvo a punto de hacer estallar una guerra nuclear entre las dos superpotencias, que se evitó a última hora al retirar Jruschov los misiles soviéticos a cambio de la promesa de que no habría nuevos intentos de invadir Cuba.

En 1965 el partido cambió su denominación por la de Partido Comunista de Cuba, del cual fue elegido secretario general el propio Castro; en 1976 acumuló el título de presidente del Consejo de Estado. La presión norteamericana le había convertido en un dictador comunista más, el primero en el hemisferio americano.

Bajo la dirección de Fidel Castro, Cuba ha obtenido importantes logros sociales, especialmente visibles en educación y sanidad, materias en las que llegó a constituir un modelo para los países subdesarrollados; pero el coste político y cultural ha sido enorme, pues ha exigido un ejercicio dictatorial del poder, con desprecio de las libertades individuales y del pluralismo, bajo la vigilancia continua de un Estado policial. 

Ha desarrollado una política exterior muy activa, basada en la lucha contra el imperialismo, destacando el protagonismo del propio Fidel Castro en el Movimiento de Países No Alineados (cuya conferencia presidió en 1980) y la intervención militar cubana en África (en apoyo de los regímenes socialistas de Angola y Etiopía).

La economía planificada de inspiración soviética dio algunos frutos iniciales, racionalizando las inversiones hacia objetivos de interés colectivo y facilitando una mejor distribución de la riqueza; pero, al igual que había ocurrido en la propia Unión Soviética, anuló los incentivos y las iniciativas, aisló al país de las corrientes inversoras internacionales y, finalmente, condujo a un grave estancamiento. Cuando las dificultades económicas de la URSS impidieron que siguiera subvencionando a la retrasada economía cubana, ésta se hundió en una crisis sin precedentes.

No obstante, Castro rehusó introducir reformas en un sentido liberalizador, al estilo de la perestroika que auspiciaba Gorbachov. Salvó así su régimen del hundimiento del resto de los regímenes prosoviéticos y de la propia URSS a finales de los años ochenta y principios de los noventa; y entró en una fase agónica de duración imprevisible, en medio de la intensificación de las presiones norteamericanas.

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