miércoles, 20 de junio de 2018

LIDERES POSITIVOS Y LIDERES NEGATIVOS

Introducción


El Liderazgo Positivo y Negativo
Cuando hablamos de liderazgo, por lo general, existe la tendencia a pensar que los líderes sólo son aquellos que a nuestro modo de ver tienen aspectos positivos. Ej.: Nuestro Señor Jesús, Simón Bolívar, Gandhi, entre otros. 
Sin embargo, existen personajes que guardan características de lo que significa ser un líder, pero con aspectos negativos como por ejemplo: Hitler, Osama bin Laden, entre otros. 

Una postura es que el liderazgo no es un fenómeno exclusivo de la raza humana, sino que se comparte con los otros animales. Hay un líder de la manada, por ejemplo. Y es algo natural, innato; que se va reforzando mediante demostraciones y conductas ante el grupo. Teorías que le siguieron a esta han querido poner al hombre en el lugar privilegiado -diferenciado- de poder autoconstruirse como líder. Instituyen vaque líder que no trae consecuencias positivas en el grupo sigue siendo un líder. 

El liderazgo implica una capacidad de convocatoria para que el resto del grupo le siga, implica capacidad tamba{en de convencimiento, de persuasión y en muchos casos de convencimiento, lo cual no siempre es positivo. 

Y respecto a tu pregunta: si claro Hitler, era un líder nato, con mucho poder de convencimiento y con una clara inteligencia que lo llevo a manejar masas a su antojo y a convencerlos de que sus ideas eran las correctas y únicas, no es nada fácil tener esa habilidad. 

Ahora bien, para que en un grupo de alumnos por ejemplo se perciba a un líder negativo es necesario simplemente observar los cambios en los que lo rodean cuando está presente y en su ausencia y de esa manera se identificaran los factores. Quizá a un líder nato pueda orientar esa capacidad de liderazgo hacia alguna actividad positiva, lo importante será detectar sus cualidades y al mismo determinar por qué los demás lo siguen, sus necesidades, etc.
Líderes Positivos
1.- Juan Pablo II
(Wadowice, Cracovia, 1920 - Roma, 2005) Sacerdote polaco, de nombre Karol Wojtyla, elegido Papa en octubre de 1978 mientras ocupaba el puesto de cardenal-arzobispo de Cracovia; fue primer pontífice no italiano en más de cuatro siglos.
Era hijo de un oficial de la administración del Ejército polaco y de una maestra de escuela. De joven practicó el atletismo, el fútbol y la natación. Fue también un estudiante excelente, y presidió diversos grupos estudiantiles. Desarrolló, además, una gran pasión por el teatro, y durante algún tiempo aspiró a estudiar Literatura y convertirse en actor profesional.
Durante la ocupación nazi, compaginó sus estudios y su labor de actor, con el trabajo de obrero en una fábrica, para mantenerse y para evitar su deportación o encarcelamiento. Fue miembro activo de la UNIA, organización democrática clandestina que ayudaba a muchos judíos a encontrar refugio y escapar de la persecución nazi.

En tales circunstancias, la muerte de su padre le causó un profundo dolor. La lectura de San Juan de la Cruz, que entonces buscó como consuelo, y la heroica conducta de los curas católicos que morían en los campos de concentración nazi fueron decisivas para que decidiera seguir el camino de la fe. Mientras se recuperaba de un accidente, el futuro pontífice decidió seguir su vocación religiosa, y en 1942 comenzó sus estudios sacerdotales. 

Ordenado sacerdote el 1.º de noviembre de 1946, amplió sus estudios en Roma y obtuvo el doctorado en Teología en el Pontifico Ateneo Angelicum. De regreso a Polonia, desarrolló una doble tarea, por un lado pastoral, llevada a cabo en diversas parroquias obreras de Cracovia, y por otro lado intelectual, impartiendo clases de Ética en la Universidad Católica de Lublin y en la Facultad de Teología de Cracovia.
En 1958 fue nombrado auxiliar del arzobispo de Cracovia, a quien sucedió en 1964. Ya en esa época, era un líder visible que a menudo asumía posiciones críticas contra el comunismo y los funcionarios del gobierno polaco. Durante el Concilio Vaticano II destacó por sus intervenciones sobre el esquema eclesiástico y el texto sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo.
En 1967 el Papa Pablo VI lo nombró cardenal, y el 16 de octubre de 1978, a la edad de cincuenta y ocho años, fue elegido para suceder al papa Juan Pablo I, fallecido tras treinta y cuatro días de pontificado. De este modo, se convirtió en el primer Papa no italiano desde 1523 y en el primero procedente de un país del bloque comunista.
Desde sus primeras encíclicas, Redemptoris hominis(1979), y Dives in misericordia (1980), exaltó el papel de la Iglesia como maestra de los hombres y destacó la necesidad de una fe robusta, arraigada en el patrimonio teológico tradicional, y de una sólida moral, sin mengua de una apertura cristiana al mundo del siglo XX. Denunció la Teología de la Liberación, criticó la relajación moral y proclamó la unidad espiritual de Europa.
El 13 de mayo de 1981 sufrió un grave atentado en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde resultó herido por los disparos del terrorista turco Mehmet Ali Agca. A raíz de este suceso, el Papa tuvo que permanecer hospitalizado durante dos meses y medio. El 13 de mayo de 1982 sufrió un intento de atentado en el Santuario de Fátima durante su viaje a Portugal. Sin embargo, el pontífice continuó con su labor evangelizadora, visitando incansablemente diversos países, en especial los pueblos del Tercer Mundo (África, Asia y América del Sur).


2.-Mohandas Karamchand Gandhi
Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de Octubre de 1869 en Porbandar, India

Se convirtió en uno de los más respetados líderes espirituales y políticos del siglo XX. Gandhi ayudó a la liberación del pueblo hindú del gobierno colonial inglés a través de la resistencia pacífica, y es honrado por su gente como el Padre del la Nación India. 

Los indios llamaron a Gandhi Mahatma, que significa Alma Grande.A los 15 años se convirtió el líder del movimiento nacionalista indio. Utilizando los postulados de la Satyagraha dirigió la campaña por la independencia india de Gran Bretaña. 

Gandhi fue arrestado muchas veces por los británicos debido a sus actividades en Sudáfrica y la India. Creía que era honorable ir a la cárcel por una causa justa. En conjunto pasó siete años en prisión debido a sus actividades políticas

Más de una vez Gandhi recurrió al ayuno para impresionar a la gente sobre la necesidad de ser no-violento. India alcanzó la independencia en 1947, y se separó en dos países, India y Pakistán, tras lo cual comenzaron los enfrentamientos entre hindúes y musulmanes

Gandhi había abogado por una India unida, donde los hindúes y los musulmanes pudieran vivir en paz. Un 13 de Enero de 1948, a la edad de 78 años, comenzó un ayuno con el propósito de detener el derramamiento de sangre

Tras 5 días, los líderes de ambas facciones se comprometieron a detener la lucha y Gandhi abandonó el ayuno. Doce días más tarde fue asesinado por un fanático hindú que se oponía a su programa de tolerancia hacia todos los credos y religiones

El gran físico teórico Albert Einstein dijo de Gandhi: "Las generaciones del porvenir apenas creerán que un hombre como éste caminó la tierra en carne y hueso."


3.-Martin Luther King
(Atlanta, 1929 - Memphis, EE UU, 1968) Pastor baptista estadounidense, defensor de los derechos civiles. Hijo de un ministro baptista, Martin Luther King estudió teología en la Universidad de Boston. Desde joven tomó conciencia de la situación de segregación social y racial que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños.
Convertido en pastor baptista, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau. Al poco de llegar a Montgomery organizó y dirigió un masivo boicot de casi un año contra la segregación en los autobuses municipales.
La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente por todo el país y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense, primero a través de la Southern Cristian Leadership Conference y más tarde del Congress of Racial Equality. Asimismo, como miembro de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color, abrió otro frente para lograr mejoras en sus condiciones de vida.
En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en Birmingham, Alabama, para iniciar una campaña de alcance nacional. En esta ocasión, Martin Luther King fue encarcelado y posteriormente liberado por la intercesión de John Fitgerald Kennedy, entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, pero logró para los negros la igualdad de acceso a las bibliotecas, los comedores y los estacionamientos.
En el verano de 1963, su lucha alcanzó uno de sus momentos culminantes cuando encabezó una gigantesca marcha sobre Washington, en la que participaron unas doscientas cincuenta mil personas, ante las cuales pronunció uno de sus más bellos discursos por la paz y la igualdad entre los seres humanos. Él y otros representantes de organizaciones antirracistas fueron recibidos por el presidente Kennedy, quien se comprometió a agilizar su política contra el segregacionismo en las escuelas y en la cuestión del desempleo, que afectaba de modo especial a la comunidad negra.
No obstante, ni las buenas intenciones del presidente, quien moriría asesinado meses más tarde, ni el vigor ético del mensaje de King, Premio Nobel de la Paz en 1964, parecían suficientes para contener el avance de los grupos nacionalistas de color contrarios a la integración y favorables a la violencia, como Poder Negro, Panteras Negras y Musulmanes Negros. 

La permeabilidad de los colectivos de color, sobre todo de los que vivían en los guetos de Nueva York y de otros estados del norte, a la influencia de estos grupos violentos, ponía en peligro el núcleo del mensaje de King, el pacifismo.
En marzo de 1965 encabezó una manifestación de miles de defensores de los derechos civiles que recorrieron casi un centenar de kilómetros, desde Selma, donde se habían producido actos de violencia racial, hasta Montgomery. La lucha de Martin Luther King tuvo un final trágico: el 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis por James Earl Ray. 

Mientras se celebraban sus funerales en la iglesia Edenhaëser de Atlanta, una ola de violencia se extendió por todo el país. Ray, detenido por la policía, se reconoció autor del asesinato y fue condenado con pruebas circunstanciales. Años más tarde se retractó de su declaración y, con el apoyo de la familia King, pidió la reapertura del caso y la vista de un nuevo juicio.


1.- Adolf Hitler
Máximo dirigente de la Alemania nazi (Braunau, Bohemia, 1889 - Berlín, 1945). Hijo de un aduanero austriaco, su infancia transcurrió en Linz y su juventud en Viena. La formación de Adolf Hitler fue escasa y autodidacta, pues apenas recibió educación. 

En Viena (1907-13) fracasó en su vocación de pintor, malvivió como vagabundo y vio crecer sus prejuicios racistas ante el espectáculo de una ciudad cosmopolita, cuya vitalidad intelectual y multicultural le era por completo incomprensible.

De esa época data su conversión al nacionalismo germánico y al antisemitismo. En 1913 Adolf Hitler huyó del Imperio Austro-Húngaro para no prestar servicio militar; se refugió en Múnich y se enroló en el ejército alemán durante la Primera Guerra Mundial (1914-18). 

La derrota le hizo pasar a la política, enarbolando un ideario de reacción nacionalista, marcado por el rechazo del nuevo régimen democrático de la República de Weimar, a cuyos políticos acusaba de haber traicionado a Alemania aceptando las humillantes condiciones de paz del Tratado de Versalles (1918).
De vuelta a Múnich, Hitler ingresó en un pequeño partido ultraderechista, del que pronto se convertiría en dirigente principal, rebautizándolo como Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP). 

Dicho partido se declaraba nacionalista, antisemita, anticomunista, antisocialista, antiliberal, antidemócrata, antipacifista y anticapitalista, aunque este último componente revolucionario de carácter social quedaría pronto en el olvido; este abigarrado conglomerado ideológico, fundamentalmente negativo, se alimentaba de los temores de las clases medias alemanas ante las incertidumbres del mundo moderno. 

Influenciado por el fascismo de Mussolini, este movimiento, adverso tanto a lo existente como a toda tendencia de progreso, representaba la respuesta reaccionaria a la crisis del Estado liberal que la guerra había acelerado.
Sin embargo, Hitler tardaría en hacer oír su propaganda. En 1923 fracasó en un primer intento de tomar el poder desde Múnich, apoyándose en las milicias armadas de Ludendorff («Putsch de la Cervecería»). 

Fue detenido, juzgado y encarcelado, aunque tan sólo pasó en la cárcel un año y medio, tiempo que aprovechó para plasmar sus estrafalarias ideas políticas en un libro que tituló Mi lucha y que diseñaba las grandes líneas de su actuación posterior.
De nuevo en libertad desde 1925, Hitler reconstituyó el NSDAP expulsando a los posibles rivales y se rodeó de un grupo de colaboradores fieles como Goering,Himmler y Goebbels. La profunda crisis económica desatada desde 1929 y las dificultades políticas de la República de Weimar le proporcionaron una audiencia creciente entre las legiones de parados y descontentos dispuestos a escuchar su propaganda demagógica, envuelta en una parafernalia de desfiles, banderas, himnos y uniformes.
Combinando hábilmente la lucha política legal con el uso ilegítimo de la violencia en las calles, los nacionalsocialistas o nazis fueron ganando peso electoral hasta que Hitler -que nunca había obtenido mayoría- se hizo confiar el gobierno por el presidente Hindenburg en 1933.
Desde la Cancillería, Hitler destruyó el régimen constitucional y lo sustituyó por una dictadura de partido único basada en su poder personal. El Tercer Reich así creado fue un régimen totalitario basado en un nacionalismo exacerbado y en un complejo de superioridad racial sin fundamento científico alguno (basado en estereotipos que contrastaban con la ridícula figura del propio Hitler).
Tras la muerte de Hindenburg, Hitler se hizo nombrar Führer o «caudillo» de Alemania y se hizo prestar juramento por el ejército. La sangrienta represión contra los disidentes culminó en la purga de las propias filas nazis durante la «Noche de los Cuchillos Largos» (1934) y la instauración de un control policial total de la sociedad, mientras que la persecución contra los judíos, iniciada con las racistas Leyes de Núremberg (1935) y con el pogromo conocido como la «Noche de los Cristales Rotos» (1938) culminó con el exterminio sistemático de los judíos europeos a partir de 1939 (la «Solución Final»).
Hitler hacia el final de la guerra
La política internacional de Hitler fue la clave de su prometida reconstitución de Alemania, basada en desviar la atención de los conflictos internos hacia una acción exterior agresiva. Se alineó con la dictadura fascista italiana, con la que intervino en auxilio de Franco en la Guerra Civil española (1936-39), ensayo general para la posterior contienda mundial; y completó sus alianzas con la incorporación del Japón en una alianza antisoviética (Pacto Antikomintern, 1936) hasta formar el Eje Berlín-Roma-Tokyo (1937).
Militarista convencido, Hitler empezó por rearmar al país para hacer respetar sus demandas por la fuerza (restauración del servicio militar obligatorio en 1935, remilitarización de Renania en 1936); con ello reactivó la industria alemana, redujo el paro y prácticamente superó la depresión económica que le había llevado al poder.
Luego, apoyándose en el ideal pangermanista, reclamó la unión de todos los territorios de habla alemana: primero se retiró de la Sociedad de Naciones, rechazando sus métodos de arbitraje pacífico (1933); luego forzó el asesinato de Dollfuss (1934) y el Anschluss o anexión de Austria (1938); a continuación invadió la región checa de los Sudetes y, tras engañar a la diplomacia occidental prometiendo no tener más ambiciones (Conferencia de Múnich, 1938), ocupó el resto de Checoslovaquia, la dividió en dos y la sometió a un protectorado; aún se permitió arrebatar a Lituania el territorio de Memel (1939).
Pero, cuando el conflicto en torno a la ciudad libre de Danzig le llevó a invadir Polonia, Francia y Gran Bretaña reaccionaron y estalló la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Hitler había preparado sus fuerzas para esta gran confrontación, que según él habría de permitir la expansión de Alemania hasta lograr la hegemonía mundial (Protocolo Hossbach, 1937); en previsión del estallido bélico había reforzado su alianza con Italia (Pacto de Acero, 1939) y, sobre todo, había concluido un Pacto de no-agresión con la Unión Soviética (1939), acordando con Stalin el reparto de Polonia.
El moderno ejército que había preparado obtuvo brillantes victorias en todos los frentes durante los primeros años de la guerra, haciendo a Hitler dueño de casi toda Europa mediante una «guerra relámpago»: ocupó Dinamarca, Noruega, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Francia, Yugoslavia, Grecia. (mientras que Italia, España, Hungría, Rumania, Bulgaria y Finlandia eran sus aliadas, y países como Suecia y Suiza declaraban una neutralidad benévola).
Sólo Gran Bretaña resistió el intento de invasión (batalla aérea de Inglaterra, 1940-41); pero la suerte de Hitler empezó a cambiar cuando lanzó la invasión de Rusia, respondiendo tanto al ideal anticomunista básico del nazismo como al proyecto de arrebatar a la «inferior» raza eslava del este el «espacio vital» que soñaba para engrandecer a Alemania (1941). 

A partir de la batalla de Stalingrado (1943), el curso de la guerra se invirtió y las fuerzas soviéticas comenzaron una contraofensiva que no se detendría hasta tomar Berlín en 1945; simultáneamente se reabrió el frente occidental con el aporte masivo en hombres y armas procedente de Estados Unidos (involucrados en la guerra desde 1941), que permitió el desembarco de Normandía (1944).
Derrotado y fracasados todos sus proyectos, Hitler vio cómo empezaban a abandonarle sus colaboradores y la propia Alemania era arrasada por los ejércitos aliados; en su limitada visión del mundo no había sitio para el compromiso o la rendición, de manera que arrastró a su país hasta la catástrofe y finalmente se suicidó en el búnker de la Cancillería de Berlín donde se había refugiado, después de haber sacudido al mundo con su sueño de hegemonía mundial de la «raza» alemana, que provocó una guerra total a escala planetaria y un genocidio sin precedentes en los campos de concentración.


2.- Mao Tse-tung
(Hunan, China, 1893 - Pekín, 1976) Político y estadista chino. Nacido en el seno de una familia de trabajadores rurales, en el medio donde transcurrió su infancia la educación escolar sólo era considerada útil en la medida en que pudiera ser aplicada a tareas como llevar registros y otras propias de la producción agrícola, por lo que a la edad de trece años Mao Tse-tung hubo de abandonar los estudios para dedicarse de lleno al trabajo en la granja familiar.
Sin embargo, el joven Mao dejó la casa paterna y entró en la Escuela de Magisterio en Changsha, donde comenzó a tomar contacto con el pensamiento occidental. 

Más tarde se enroló en el Ejército Nacionalista, en el que sirvió durante medio año, tras lo cual regresó a Changsha y fue nombrado director de una escuela primaria. Más adelante trabajó en la Universidad de Pekín como bibliotecario ayudante y leyó, entre otros, a Bakunin y Kropotkin, además de tomar contacto con dos hombres clave de la que habría de ser la revolución socialista china : Li Dazhao y Chen Duxiu.

El 4 de mayo de 1919 estalló en Pekín la revuelta estudiantil contra Japón, en la que Mao Tse-tung tomó parte activa. En 1921 participó en la creación del Partido Comunista, y dos años más tarde, al formar el partido una alianza con el Partido Nacionalista, Mao quedó como responsable de organización. De regreso en su Hunan natal, entendió que el sufrimiento de los campesinos era la fuerza que debía promover el cambio social en el país, idea que expresó en Encuesta sobre el movimiento campesino en Hunan.
Sin embargo, la alianza con los nacionalistas se quebró, los comunistas y sus instituciones fueron diezmados y la rebelión campesina, reprimida; junto a un numeroso contingente de campesinos, Mao huyó a la región montañosa de Jiangxi, desde donde dirigió una guerra de guerrillas contra Jiang Jieshi, jefe de sus antiguos aliados. El Ejército Rojo, nombre dado a las milicias del Partido Comunista, logró ocupar alternativamente distintas regiones rurales del país.
En 1930, la primera esposa de Mao fue asesinada por los nacionalistas, tras lo cual contrajo nuevo matrimonio con He Zizhen. Al año siguiente se autoproclamó la nueva República Soviética de China, de la que Mao fue elegido presidente, y desafió al comité de su partido a abandonar la burocracia de la política urbana y centrar su atención en el campesinado.
Pese a las victorias de Mao en la primera época de la guerra civil, en 1934 Jiang Jieshi consiguió cercar a las tropas del Ejército Rojo, tras lo cual Mao emprendió la que se conoció como la Larga Marcha, desde Jiangxi hasta el noroeste chino. Entre tanto, los japoneses habían invadido el norte del país, lo que motivó una nueva alianza entre comunistas y nacionalistas para enfrentarse al enemigo común.
Tras la Segunda Guerra Mundial, se reanudó la guerra civil, con la victoria progresiva de los comunistas. El 1 de octubre de 1949 se proclamó oficialmente la República Popular de China, con Mao Tse-tung como presidente. Si bien al principio siguió el modelo soviético para la instauración de una república socialista, con el tiempo fue introduciendo importantes cambios, como el de dar más importancia a la agricultura que a la industria pesada.
A partir de 1959, dejó su cargo como presidente chino, aunque conservó la presidencia del partido. Desde este cargo promovió una campaña de educación socialista, en la que destacó la participación popular masiva como única forma de lograr un verdadero socialismo

Durante este período, conocido como la Revolución Cultural Proletaria, Mao logró desarticular y luego reorganizar el partido gracias a la participación de la juventud, a través de la Guardia Roja. Su filosofía política como estadista quedó reflejada en su libro Los pensamientos del presidente Mao.


3.- Fidel Castro

(Mayarí, Cuba 1926) Revolucionario y estadista cubano. Procedente de una familia de hacendados gallegos, Fidel Castro estudió Derecho en la Universidad de La Habana, en la cual se doctoró en 1950.

Su ideología izquierdista le llevó a participar en actividades revolucionarias desde muy joven, como la sublevación contra la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo en Santo Domingo (1947). Desde 1949 militó en el Partido del Pueblo Cubano.

Exiliado en México, en 1952 inició su actividad revolucionaria contra la dictadura del general Batista, que había entregado al país en manos de los intereses norteamericanos. Su primer intento fue el asalto al Cuartel de Moncada en Santiago de Cuba, que se saldó con un fracaso (1953); fracaso militar, pues el cuartel no fue tomado ni provocó la esperada insurrección popular, pero no fracaso político, puesto que aquel acto dio una gran popularidad a sus protagonistas, acrecentada durante el juicio subsiguiente, en el que Castro se defendió a sí mismo y aprovechó para pronunciar un extenso alegato político («La Historia me absolverá»).

Fidel Castro fue condenado a 15 años de prisión, de los que sólo cumplió dos -en la isla de Pinos- merced a un indulto que le puso en libertad en 1955. Se exilió entonces a México, desde donde preparó un segundo intento; pero, habiendo aprendido que su lucha tendría pocas posibilidades de triunfar en un medio urbano, esta vez apostó por crear una guerrilla rural, en la zona más apartada y montañosa del país: la Sierra Maestra, en el Oriente de Cuba.

Desembarcó allí a finales de 1956 con un contingente de sólo 80 hombres (el «Grupo 26 de julio») a bordo del yate Gramma. Dos años después, sus bases en la Sierra eran lo suficientemente sólidas y sus efectivos lo bastante nutridos como para llevar a cabo con éxito la ocupación de Santiago (1958). Desde allí Fidel Castro lanzó la ofensiva final que recorrió la isla de este a oeste, hasta entrar en La Habana en 1959, secundado por sus colaboradores Ernesto Guevara (el Che), Camilo Cienfuegos y su hermano Raúl Castro.

Al inicial apoyo del campesinado pobre había seguido el fin de las reticencias del Partido Comunista, que abrió la posibilidad de encontrar apoyo en las ciudades; la dictadura, minada por la corrupción fue incapaz de hacer frente al movimiento popular. El triunfo militar puso a Castro al frente del gobierno cubano, acumulando los cargos de primer ministro y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas.

Sin pérdida de tiempo empezó a hacer realidad los proyectos de cambio que habían suministrado una base social a la Revolución: el más importante de todos, la reforma agraria, que expropiaba las grandes haciendas extranjeras para dar medios de vida a los campesinos pobres (1959); y, enseguida, la nacionalización de los bienes de compañías norteamericanas en Cuba (1960).

Ese indudable contenido nacionalista que tuvo en un principio la Revolución cubana (contra el dominio semicolonial que ejercía Estados Unidos) se transformó dos años después por la dinámica de enfrentamiento con el gobierno norteamericano. 

Mientras Castro llamaba a una revolución general contra el imperialismo en Latinoamérica (Primera declaración de La Habana), el presidente Eisenhower rompía las relaciones diplomáticas con Cuba y decretaba un embargo comercial destinado a ahogar la economía cubana y forzar la retirada de Castro, ya que Cuba dependía casi totalmente de sus exportaciones a Estados Unidos, fundamentalmente de azúcar (1961). Al sucederle Kennedy no aflojó la presión, sino que se agudizó con la organización de un desembarco de exiliados cubanos armados en la bahía de Cochinos, que fue repelido por el ejército revolucionario (1961).

Después de aquello, Fidel Castro proclamó el carácter marxista-leninista de la Revolución cubana y alineó a su régimen con la política exterior de la Unión Soviética (Segunda declaración de La Habana, 1962); al mismo tiempo eliminó del gobierno a los políticos liberales con los que se había aliado al llegar al poder, y unificó a los grupos políticos que apoyaban la Revolución en un único Partido Unido de la Revolución Socialista.

En 1962 permitió que los soviéticos instalaran en suelo cubano rampas de lanzamiento de misiles con las que podían alcanzarse objetivos en Estados Unidos; descubiertas por el espionaje americano, Kennedy reaccionó con un bloqueo naval a Cuba y la exigencia de retirada de las instalaciones: la consiguiente «crisis de los misiles» estuvo a punto de hacer estallar una guerra nuclear entre las dos superpotencias, que se evitó a última hora al retirar Jruschov los misiles soviéticos a cambio de la promesa de que no habría nuevos intentos de invadir Cuba.

En 1965 el partido cambió su denominación por la de Partido Comunista de Cuba, del cual fue elegido secretario general el propio Castro; en 1976 acumuló el título de presidente del Consejo de Estado. La presión norteamericana le había convertido en un dictador comunista más, el primero en el hemisferio americano.

Bajo la dirección de Fidel Castro, Cuba ha obtenido importantes logros sociales, especialmente visibles en educación y sanidad, materias en las que llegó a constituir un modelo para los países subdesarrollados; pero el coste político y cultural ha sido enorme, pues ha exigido un ejercicio dictatorial del poder, con desprecio de las libertades individuales y del pluralismo, bajo la vigilancia continua de un Estado policial. 

Ha desarrollado una política exterior muy activa, basada en la lucha contra el imperialismo, destacando el protagonismo del propio Fidel Castro en el Movimiento de Países No Alineados (cuya conferencia presidió en 1980) y la intervención militar cubana en África (en apoyo de los regímenes socialistas de Angola y Etiopía).

La economía planificada de inspiración soviética dio algunos frutos iniciales, racionalizando las inversiones hacia objetivos de interés colectivo y facilitando una mejor distribución de la riqueza; pero, al igual que había ocurrido en la propia Unión Soviética, anuló los incentivos y las iniciativas, aisló al país de las corrientes inversoras internacionales y, finalmente, condujo a un grave estancamiento. Cuando las dificultades económicas de la URSS impidieron que siguiera subvencionando a la retrasada economía cubana, ésta se hundió en una crisis sin precedentes.

No obstante, Castro rehusó introducir reformas en un sentido liberalizador, al estilo de la perestroika que auspiciaba Gorbachov. Salvó así su régimen del hundimiento del resto de los regímenes prosoviéticos y de la propia URSS a finales de los años ochenta y principios de los noventa; y entró en una fase agónica de duración imprevisible, en medio de la intensificación de las presiones norteamericanas.

https://www.monografias.com/trabajos93/lideres-mundiales-positivo-y-negativos-biografias/lideres-mundiales-positivo-y-negativos-biografias.shtml

2 comentarios:

  1. Saludos sin lugara a dudas es muy importante lo que trata de aportar este blog en la medida que es tan necesaria la comunicación y el liderazgo para el desarrollo personal y social de los individuos. Tomar conciencia en lo tocante a saber dirigirnos y hacernos entender, no solo es integración, sino también, abrirnos a un a auténtica comunicación.

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  2. Gracias por las recomendaciones que nos brindas en tu blog, estoy seguro que va ser de gran ayuda. Estuve por mas de 15 minutos leyendo los diferentes artículos y me cautivaron e impactaron. Muchos saludos y exitos.

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